Kaspersky Lab: Malos hábitos en el uso de contraseñas ponen en riesgo a los usuarios en Internet
Los usuarios de Internet alrededor del mundo aún no dominan cómo usar las contraseñas de manera eficaz para proteger sus cuentas en línea. Una nueva investigación de Kaspersky Lab reveló que las personas ponen en peligro su seguridad en Internet al hacer malas elecciones de contraseñas y erróneamente seleccionar aquellas que son simples, lo que puede tener consecuencias de gran trascendencia.
La investigación descubrió tres errores comunes al elegir contraseñas que ponen en riesgo a un gran número de usuarios de Internet: (1) se utiliza la misma contraseña para diferentes cuentas, lo que significa que si se filtra alguna, varias cuentas podrían ser hackeadas; (2) se usan contraseñas débiles que son fáciles de descubrir; y (3) se almacenan de forma insegura, lo que contradice totalmente el propósito de tener contraseñas.
La investigación muestra que un gran número de personas, casi una de cada cinco (18%), se ha enfrentado a un intento de hackeo en sus cuentas. Sin embargo, pocas han empleado una contraseña eficaz e inteligente. Por ejemplo, sólo un tercio (30%) de los usuarios de Internet crea nuevas contraseñas para diferentes cuentas en línea y de forma preocupante, una de cada 10 personas utiliza la misma contraseña para todas sus cuentas en línea. Si esta contraseña llegara a filtrase, el usuario estaría en peligro de tener todas sus cuentas hackeadas y vulneradas por los atacantes.
El reporte también reveló que las personas no están creando contraseñas que sean lo suficientemente fuertes como para protegerse de hackeos y extorsiones. Sólo la mitad (47%) utiliza una combinación de letras mayúsculas y minúsculas en sus contraseñas y dos de cada tres (64%) utilizan una mezcla de letras y números. Esto, a pesar de que los usuarios creen que sus cuentas bancarias (51%), de correo electrónico (39%) y de compras en línea (37%) requieren contraseñas seguras.
El estudio también muestra que los usuarios hacen uso inadecuado de sus contraseñas al compartirlas con otras personas y usar métodos inseguros para recordarlas. Casi un tercio (28%) ha compartido alguna con un familiar cercano y, uno de cada diez (11%) lo ha hecho con sus amigos, lo que permite que las contraseñas se filtren involuntariamente. Más de uno de cada cinco (22%) también admitió haberlas escrito en un bloc de notas para ayudarle a recordarlas. Incluso, si una contraseña es fuerte, esto deja al usuario vulnerable, porque otras personas pueden verla y usarla.