Intel apoya la inclusión de las mujeres en el ámbito tecnológico como camino al desarrollo personal y comunitario
La pobreza y aspectos jurídicos, institucionales, políticos y culturales hacen que en el mundo muchas mujeres y niñas no tengan acceso a la educación. Más aún, según una publicación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la participación de hombres y mujeres en el mercado de trabajo es desigual. Así, en 2013 la relación entre la población total de hombres y la cantidad de estos con empleo se ubicó en 72,2%, mientras que esa relación entre las mujeres fue de 47,1%.
En este sentido, se estima que en todo el mundo las mujeres podrían aumentar sus ingresos hasta en 76%, si se superara la brecha en la participación en el empleo formal y la brecha salarial entre mujeres y hombres. Cuanto más conocimiento adquieran las mujeres, mayor será la posibilidad de que se conviertan en una fuerza impulsora de la innovación y del desarrollo económico, y de que puedan transformar su propio mundo y crear un futuro mejor para las personas a su alrededor. Inclusive, mayor será la oportunidad de crear un efecto multiplicador de cambio social positivo, pero eso solo será posible cuando cuenten con las herramientas para lograrlo.
En América Latina, los desafíos y riesgos que las mujeres enfrentan hoy son numerosos; por ejemplo, algunas de ellas se encuentran en situaciones precarias, sin expectativas positivas para el futuro y sin un desarrollo personal ni profesional. A pesar de las estadísticas, aún hay números poco favorables para las mujeres, pues 1 de cada 4 niñas de los países en desarrollo no asiste a la escuela, y ellas aún son minoría en cuanto al uso de Internet.
Esta desigualdad es palpable también en el ámbito tecnológico, en el cual existen menos mujeres debido a que a ellas se les incentiva muy poco a desarrollarse en un área que tradicionalmente ha sido dominada por hombres. Por esta razón, es necesario llevar a cabo acciones concretas que ayuden a jóvenes mujeres a comenzar temprano su preparación para una carrera profesional en tecnología y asegurar su inclusión en el sector.
Igualmente, es esencial ampliar el acceso de las mujeres al sector de tecnología de la información, pues, por un lado, esto proporciona herramientas más flexibles y mejores oportunidades para acceder a educación de mejor calidad; y por el otro, promueve la alfabetización digital y mejora la productividad y la empleabilidad, al proporcionar acceso a la información y estimular que se incorporen como creadoras de conocimiento e innovación. Además, si estas mujeres llegan a ser madres, sus hijos tendrán más probabilidades de terminar sus estudios y tener una mejor calidad de vida y salud, pues ellas serán propulsoras e inspiradoras del conocimiento y de buenas prácticas cotidianas.
En este escenario, las empresas con mayor participación femenina en sus grupos gerenciales registran un retorno a la inversión por encima de 34%, mayor que aquellas empresas que carecen de la participación femenina. De esta manera, el principal objetivo de Intel en la región es promover el intercambio de conocimiento, ideas y acciones a favor de la inclusión del género femenino ; así como amplificar las voces de las mujeres y las historias de las niñas, de manera que sirvan de ejemplo a otras.
Para esto, son muchos los proyectos que, en colaboración con gobiernos y ONGs de América Latina, brindan nuevas oportunidades a las mujeres en cuanto al uso de la tecnología como un medio para potenciar su desarrollo personal y laboral. Estos proyectos ofrecen a las mujeres oportunidades para crecer y mejorar su autoestima y dignidad mediante el conocimiento, el respeto y la educación. Todo lo anterior transformará la vida de cada mujer, quien –a su vez- transformará su entorno e impactará positivamente el mundo.