CLARO decide enfrentar el cambio climático y mide por primera vez su Huella de Carbono

Como parte de las acciones implementadas por Claro para enfrentar el cambio climático y contribuir con el cuidado del ambiente, la empresa realizó la primera medición de su Huella de Carbono en su sede principal de Lima a fin de lograr una gestión sostenible de sus operaciones. De esta manera, Claro logra identificar detalladamente su impacto en el Perú a través de la metodología ISO 14064 – Parte I.

 

El proceso de medición de la Huella de Carbono, a cargo de Libélula, consultora especializada en temas de sostenibilidad, ha permitido analizar el impacto ambiental de las operaciones de Claro, para plantear lineamientos y mecanismos que reduzcan el impacto de su operación. Entre otros rubros, la evaluación realizada midió las emisiones de gases de efecto invernadero derivados del consumo de energía, transporte, combustibles, consumo de papel, agua y tratamiento de desechos.

 

 

Asimismo, buscando extender este compromiso a sus clientes, Claro ha implementado diversas iniciativas de responsabilidad social enfocadas en el cuidado del ambiente, tales como:

 

RECICLA

Desde el 2010, Claro impulsa el programa “Yo reciclo, yo soy Claro”, una iniciativa que busca fomentar buenas prácticas de reciclaje en la población, principalmente para el desecho de aparatos electrónicos en desuso, tales como celulares, baterías y accesorios. Claro ha instalado más de 200 puntos de acopio ubicados en sus centros de atención a nivel nacional y algunos locales de empresas aliadas para que las personas pueden depositar este tipo de residuos. El programa ha logrado acopiar y reciclar más de 140.000 piezas.

 

REDUCE

A través de esta campaña, Claro invita a sus clientes a recibir su facturación mensual de servicios a través de un e-mail, y de esta manera reducir el uso de papel. Los clientes postpago que desean recibir su recibo a través de este medio pueden suscribirse ingresando a www.miclaro.com.pe.

 

REUSA

Claro impulsa la reutilización de la lona extraída de sus banderolas publicitarias en desuso. El material recuperado se emplea como materia prima para la confección de cartucheras, que luego son entregadas a escolares en colegios de bajos recursos.