La transformación del usuario de software
El antiguo usuario de software ya no existe más. Tratar de manera general a todos los profesionales que utilizan soluciones de tecnología es un error. Las empresas que no dan importancia a la persona, incluso dentro del ambiente de trabajo, están destinados a fracasar en un futuro próximo.
Detrás de un nombre de usuario y una contraseña, hay una identidad, un ser multitareas que vive en un entorno ultra dinámico. La rápida evolución de las redes sociales y el acceso a la información colaboran para que cada individuo ejerza su propia individualidad. Facebook, Twitter y YouTube son herramientas cada vez más importantes en la cultura global e influencian hasta los debates presidenciales en todo el mundo. Y esa conexión llega día a día de las corporaciones. Los jóvenes profesionales ya están familiarizados con sus funciones y se relacionan de forma natural con las novedades tecnológicas.
Con las nuevas generaciones vienen también nuevos comportamientos. Y en este ambiente, las tecnologías de la información son el medio por el cual el profesional podrá desarrollar sus tareas de manera más eficiente. Pero para ello, es importante que las TI sean pensadas de manera más personalizada y menos estandarizada.
Es un hecho que las personas cambian más rápido que las empresas. No hace mucho tiempo que el entorno corporativo fue el precursor en la adopción de nuevas tecnologías (¿Recuerdas cuando las PC sólo estaban disponibles en el trabajo?), pero hoy en día las personas hacen eso con mucha más velocidad. En este sentido, la innovación sirve de estrategia para impulsar esta transformación y colocar a las empresas de nuevo en ser competitivas para satisfacer no sólo las necesidades de los empleados, sino también la de los clientes que serán atendidos por ellos. Crear soluciones con interfaces más simples y fomentar la conexión entre los profesionales, las empresas y el mercado es la clave para reconocer el papel y la responsabilidad que cada individuo tiene dentro de su ecosistema.
Otro punto que es necesario dejar claro al ofrecer TI como herramienta de apoyo al desarrollo profesional, es el contexto de cada función o de un módulo de una solución, por ejemplo, los jóvenes profesionales necesitan entender lo que están haciendo y por qué realizan determinados procesos, de lo contrario, pierden el interés. Aquí es donde la personalización gana fuerza en vez de la estandarización. Desarrollar herramientas personalizables con las cuales cada persona decide qué y cómo utilizar, es lo que hará la diferencia al final del día.
Vivimos en un momento de cambio de paradigma impulsado fuertemente por la tecnología como base de conexiones entre personas y la forma como ellas se posicionan en el mercado laboral. No hay límites preestablecidos entre el ser profesional y el personal, por ello las organizaciones necesitan entenderlo para evolucionar.
Dar voz a esta nueva generación puede ser vital para las empresas y una manera de empezar es dándoles una identidad, en lugar de asignarlos a un usuario.