El rol clave de la biometría en la seguridad pública y privada
En la actualidad, los robos de identidad y los secuestros de cuentas bancarias son cada vez más frecuentes. Con miles de millones de dispositivos y servicios que requieren control de acceso, tanto el sector público como el ámbito privado necesitan proteger la identidad de los individuos del robo y fraude por medio de una amplia gama de técnicas biométricas. Estas últimas pueden abarcar: reconocimiento facial, huellas digitales, iris, palma de la mano, geometría, venas, firmas digitales y voz, todos ellos rasgos únicos e intransferibles que proporcionan la autenticación y verificación más confiable del individuo.
Etimológicamente, el término “biometría” deriva de las palabras griegas “bio” (vida) y “métrica” (para medir). La historia de esta práctica se remonta a China en el Siglo XIV, cuando se estampaban con tinta las huellas de las manos y los pies de los niños, para distinguir su identidad. El primer uso conocido de la biometría tuvo lugar en 1982, cuando un policía argentino comenzó a coleccionar y catalogar huellas digitales para comprobar la culpabilidad de un asesino. Desde entonces, las huellas dactilares han sido utilizadas por agencias gubernamentales y policiales en todo el mundo.
Las tecnologías biométricas permiten la medición precisa de identificadores únicos (como por ejemplo, huellas digitales, iris ocular, reconocimiento facial) para verificar la identidad de un individuo. Actualmente existen teléfonos inteligentes con sensores de huellas digitales y dispositivos de registro biométrico en las oficinas de migración, incluyendo escáneres de huellas digitales, cámaras, firma digital, entre otros.
En el presente, las tecnologías biométricas son implementadas en distintas áreas para mejorar la seguridad y la comodidad de la sociedad. Organismos de gobierno y numerosas empresas privadas recurren a dispositivos biométricos para controlar, por ejemplo, el ingreso a sus áreas restringidas o portales electrónicos de forma rápida y sencilla.
En el ámbito privado, la autenticación biométrica es ampliamente utilizada para protegerlos pagos con tarjetas de crédito y los retiros de dinero en efectivo de cajeros automáticos. De esta forma, las herramientas biométricas reducen significativamente los fraudes y el tiempo de los procesos administrativos de autenticación de la ciudadanía en los sectores de comunicaciones y bancario.
Por otra parte, la biometría está ingresando con gran rapidez en el sector de gobierno para proteger a los ciudadanos del fraude y robo de identidad. En este sentido, los gobiernos necesitan construir un ecosistema de identificación, una plataforma nacional de emisión de identificaciones y la infraestructura que contemple las necesidades económicas, sociales y culturales únicas de cada país.
En los últimos 10 años, la biometría se ha convertido en un estándar para la seguridad asociada con documentos biométricos (electrónicos).Cabe destacar que los procedimientos de verificación y autentificación ciudadana son críticos para la toma de decisiones y el cumplimiento efectivo de las regulaciones gubernamentales. De esta manera, se logra proteger a ciudadanos y fronteras del robo de identidad y del terrorismo.
En conclusión, una autenticación basada en la biometría proporciona una alternativa de avanzada robusta frente al uso de claves alfanuméricas que, en los últimos tiempos, han demostrado falta de eficiencia y ser blanco de ataques. Un identificador biométrico es algo que el individuo es y valida la identidad del usuario midiendo sus características físicas y de comportamiento únicas. Su uso garantiza la máxima seguridad de la información personal.